Editorial Boletín 4
El valor humano en las empresas
El humanismo en las empresas, va más allá de las propuestas hechas por algún autor u organismo, que mediante estrategias mercadológicas promueven a los profesionistas de personal una serie de principios propuestos como el último descubrimiento o tendencia en la materia.
La realidad del valor de las personas tuvo, tiene y tendrá su origen en la dignidad humana, en la cual, se afirma que el ser humano es digno por el simple hecho de serlo, por lo tanto, toda persona humana tiene en esencia la misma dignidad, independientemente de su puesto, profesión, nivel académico, posición económica, religión, ideología, gustos, preferencias, etc.
Además, se comprende que cada persona humana es única e irrepetible, por lo que, cada una merece un trato diferente y a la vez humanamente digno correspondiente a su individualidad.
En las empresas todas las personas involucradas deben ser tratadas con dignidad, como ejemplo podemos mencionar a los inversionistas que aportan el capital con el objetivo de obtener una utilidad generando empleos y contribuyendo a lograr el bienestar social, los colaboradores que aportan su tiempo, conocimientos y habilidades, realizando un trabajo le genera un ingreso y le ayuda a alcanzar su bienestar y trascendencia; los clientes que aportan ingresos a la empresa al alcanzar su bienestar al satisfacer sus necesidades o resolver sus problemas con el producto/servicio que compran.
Los profesionales en gestión humana, son el medio para que cada trabajador vea la importancia que tiene su trabajo en su desarrollo personal y familiar, logrando ser la mejor persona que pueda ser (su mejor versión), sea feliz y deje un mundo mejor que el que recibió, mediante la búsqueda del bien común. Para finalizar y con el objetivo de dejar en claro la importancia del humanismo en las empresas, transcribo un párrafo del artículo Más allá del salariado de Lorenzo Servitje Sendra:
“En la empresa debe reconocerse y respetarse esta dignidad del hombre, presente aun en el más modesto trabajador. Su aporte a la empresa es de una calidad superior a la de los inversionistas. Estos le aportan lo que tienen, aquél le aporta lo que es.”
